El balance del interventor revela una estructura financiera en forma de “bicicleta”

La CMF intervino a Sartor AGF y ordenó la liquidación de sus fondos debido a múltiples irregularidades, mientras el interventor Ricardo Budinich expone la problemática de un deterioro severo en los activos.

A finales del año pasado, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) tomó la decisión de intervenir a Sartor AGF, revocándole la autorización para operar y ordenando la liquidación de sus fondos tras detectar diversas irregularidades. Entre estas se destacan inversiones en instrumentos vinculados a personas relacionadas con sus directores y una administración poco rigurosa de los recursos. Para llevar a cabo el proceso, se designó a Ricardo Budinich, ingeniero comercial y exgerente de finanzas en empresas como Copec y Casaideas, como interventor, quien asumió el cargo el 6 de enero de 2025, trabajando desde las instalaciones originales de Sartor, que serán devueltas al fondo Independencia al finalizar la intervención a fines de septiembre.

En la actualidad, Sartor administra 16 fondos cuyo valor nominal asciende a aproximadamente US$450 millones. No obstante, evaluaciones realizadas por PwC y Deloitte reflejaron que, al 31 de diciembre de 2024, los portafolios destinados al rescate presentaban depreciaciones de al menos un 47% en sus activos. Budinich aclara que la pérdida real solo se materializará una vez que Toesca AGF, encargado de la liquidación, venda los activos y se realice el traspaso de los fondos a los aportantes.

El interventor puntualiza que casi la mitad de los activos se encontraba invertida en emisores de deuda, mientras que el resto incluía acciones, participaciones en otros fondos y cuotas en fondos administrados por Sartor, lo que complicó aún más la correcta valoración por las inversiones cruzadas. A junio de 2025, los fondos muestran un saldo de $169.000 millones en emisores de deuda, con dos tercios de estos en cobranza judicial y cerca de $83.000 millones en mora, concentrados en tan solo 82 deudores, siendo seis de ellos pertenecientes a dos grupos empresariales vinculados a Sartor, los cuales suman más del 50% de la deuda total.

Durante una entrevista, Budinich explicó su experiencia en liquidaciones anteriores, señalando similitudes y diferencias respecto a casos históricos como Enron y Madoff. Destacó que, si bien esperaba un deterioro en los activos, la magnitud del descenso, evidenciado con ejemplos de recaudación muy por debajo de lo previsto, subraya los problemas estructurales en la gestión. Asimismo, el interventor criticó la administración anterior, dirigida por Pedro Pablo Larraín, señalando irregularidades como la falta del pago del impuesto de Timbres y Estampillas, la renovación de instrumentos sin adecuados registros y la ausencia de documentación clave. Budinich enfatizó que su enfoque ha sido concentrarse en la solución de los problemas que afectan a los aportantes, dejando de lado juicios personales.

Comparando el caso con esquemas conocidos, Budinich indicó que Sartor presenta características parecidas a un esquema Ponzi, donde los pagarés se renovaban de forma sucesiva y la mora real se evidenció una vez suspendidas las nuevas renovaciones. Además, destacó que aunque las unidades regulatorias, especialmente la CMF, implementaron medidas como la suspensión de nuevos aportes, la crisis ya tenía raíces anteriores, siendo visible en la depreciación prolongada de los activos.

En cuanto al proceso de liquidación, el interventor manifestó su intención de concluir lo antes posible, resaltando el trabajo realizado incluso en situaciones de presión. En un diálogo con Michael Clark, representante de Tactical Sport, se discutió la deuda de $8.000 millones y se evaluaron diversas alternativas, incluida la posibilidad de rematar las acciones de Azul Azul embargadas para saldar dicha obligación. Budinich enfatiza que, pese a las adversidades, la gestión de Michael Clark ha sido positiva, aunque lo primordial es recuperar el dinero adeudado para beneficiar a los aportantes.

Autor: Iñigo Socías

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