Libertad y Desarrollo pone en entredicho tres pilares del actual Fondo Común Municipal

El estudio de la think tank analiza en detalle la estructura y funcionamiento del FCM, denunciando prácticas opacas, desincentivos para la generación de recursos y procesos burocráticos innecesarios en un contexto de significativa disparidad fiscal entre comunas.

El ministro de Hacienda, Nicolás Grau, se encuentra este martes en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, avanzando en la discusión del proyecto para reformar la tributación en pymes, aplicar medidas para la clase media y ajustar el Fondo Común Municipal (FCM). En este marco, Libertad y Desarrollo (LyD) publica un análisis que profundiza en la configuración actual del FCM y critica la propuesta del Ejecutivo.

El FCM, cuyo propósito constitucional es garantizar una redistribución solidaria de los ingresos locales, financia a los municipios principalmente a través de impuestos patrimoniales —como el impuesto territorial, los permisos de circulación y las patentes comerciales—, dependiendo de la valoración de los bienes en cada comuna. El mecanismo vigente favorece a aquellos municipios con mayores recursos al contribuir más al fondo, mientras que las comunas con menores ingresos se benefician con mayores asignaciones. Actualmente, Santiago, Las Condes, Providencia y Vitacura son las comunas que aportan la mayor cantidad de fondos, representando, en conjunto, la mitad de los recursos netos redistribuidos; adicionalmente, las ocho comunas principales aportantes concentran el 72% de los fondos.

El informe de LyD subraya tres problemas fundamentales: en primer lugar, la distribución carece de transparencia y muestra arbitrariedad, especialmente en la compensación basada en la población flotante, medida que utiliza datos del Servicio Nacional de Turismo y que no contempla otros flujos migratorios como los laborales o comerciales. En segundo lugar, el actual sistema desincentiva el desarrollo de mayores ingresos a nivel local, ya que a menor recaudación, mayor es el apoyo del fondo, lo que podría limitar iniciativas que impulsen el potencial financiero de las comunas. Por último, se evidencia una burocracia innecesaria, ya que el sistema obliga a todas las comunas a contribuir y recibir fondos, lo que complica su operatividad al tener que recaudar montos que posteriormente se devuelven.

LyD señala que una gran parte de la desigualdad en los ingresos municipales se debe a las exenciones en el pago de contribuciones establecidas por el gobierno central, afectando directamente el financiamiento de las comunas. Por estas razones, el análisis concluye que la reforma del FCM debe orientarse a fomentar una gestión municipal más eficiente y a fortalecer la relación fiscal entre las autoridades locales y la ciudadanía, estableciendo criterios objetivos y simplificando los procesos administrativos en torno a la redistribución de recursos.

Autor: Roberto Sánchez

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